jueves, 10 de abril de 2014

¿Yo un esclavo? ¡Pero si soy libre!

-Compañero, el capital no hace más que esclavizarte.

-¿Me esclaviza? ¡Pero si soy un ciudadano de un estado libre y democrático, con plenos derechos!

 -¿Eres de verdad libre? ¿Para vivir como te parezca? En definitiva. ¿Libertad de quién y para qué?

-Claro que sí. Tengo el derecho a votar a mis representantes cada cuatro años, a elegir dónde dejo mis ahorros, qué comprar, tengo mi propiedad... ¿qué más quiero?

 -Tú no eres más que un explotado más del propietario de la empresa donde trabajas.

-Pero ... ¡eso no determina mi vida!

-Las condiciones de tu vida, incluso lo que tú comes y bebes, a dónde vas, con quién te relacionas... todo ello depende de tu salario, de vender tu trabajo.

-¡Vender mi trabajo, dices! ¡Qué va! ¡Yo únicamente cobro dignamente por mi trabajo y tengo total libertad gracias a ello!

 -No eres libre. Dependes de vender tu fuerza de trabajo mientras tu jefe sin hacer nada se lleva la plusvalía obtenida por tu fuerza de trabajo y la vuelve a reinvertir para hacerse más rico mientras tú sigues explotado. Y cuando quieras dejar de ser un asalariado más morirás de inanición, puesto que ... ¡prueba a ir a cualquier sitio sin dinero! ¿y cómo obtener ese dinero? No tienes más opción que explotar tu fuerza de trabajo. ¿Eso es libertad?

-Entonces ... ¿únicamente yo soy un esclavo? ¡Ay, Dios mío!

-No eres el único. La totalidad de la clase trabajadora en la estructura económica del capitalismo depende de la clase capitalista. No sois más que esclavos asalariados.  ¿En qué se convierte tu libertad, esa de la que me hablabas? ¿Puedes hacer con ella más de lo que te permiten tus salarios resultado de tu explotación?

-Pero ... vivimos en una democracia en la que tenemos ciertos derechos en leyes supremas, como la constitución. Esas leyes regulan nuestros derechos y nuestras libertades. Vale que económicamente esto no sea el paraíso, pero ... ¡hay libertad!

-La libertad en papel mojado impreso como libros de leyes y en las constituciones, no te proporciona bienestar alguno. Una libertad así significa tan sólo que tienes el derecho de
hacer una cosa determinada pero de que estés obligado a tener ese derecho no dice nada. Para ser capaz de hacer algo, tienes que tener la oportunidad, la ocasión, los medios para ello. Puedes tener derecho a una vivienda digna, pero ¿si para ello una identidad bancaria primero te sangra y luego te desahucia, dónde queda la ley? Puedes tener derecho a comer todos los días, pero ¿y si para ello trabajas doce horas al día, al cabo de un tiempo te echan y no tienes los medios para comer, dónde queda la ley?

-¿Y dónde queda la libertad si el papel está mojado?

-Libertad significa en verdad el hecho de poder satisfacer tus necesidades y  deseos. Si tu libertad no te proporciona esa oportunidad, entonces no es libertad, o al menos aparenta serlo. La libertad real es igualdad de oportunidades y bienestar, tener las necesidades básicas cubiertas sin morir asfixiado.

-Entonces ... ¿soy un esclavo? ¿y dónde están mis grilletes?

-El capitalismo te roba convirtiéndote en un esclavo asalariado. La ley del estado sostiene y protege ese robo disfrazándolo con derechos que no pueden ser garantizados. El gobierno te engaña haciéndote creer que eres independiente y libre con todos esos derechos. Y las estructuras del estado (policía, ejército, etc) evitarán que, si te des cuenta, intentes hacer lo mínimo por destruírlo.

-¿Y cómo es que no lo he visto antes?

-Desde la más tierna infancia eres bombardeado por falsas promesas y educado en una doble moral. Te dicen, "sé honrado, generoso", mientras los poderes económicos te roban y timan toda la vida. Te dicen "respeta la autoridad" mientras la autoridad aplasta tu libertad ejerciendo su dominio como clase y protegiendo los poderes económicos. Te dicen cosas de moral básica como "no matarás" mientras ellos matan a las mayorías día tras día e incluso financian guerras crueles entre pueblos para mantener sus privilegios.

-Entonces, ¿soy un esclavo sonriente?

-O quizá tienes síndrome de Estocolmo, amas a quien te destroza la vida y te quita tu libertad. Eres un ser humano y como ser humano deberías nacer libre. Por lo tanto te quitan tu esencia humana.

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